Para conseguir que la piel de nuestro rostro se vea saludable, luminosa, fresca y suave, la limpieza es fundamental, no sólo para desmaquillarnos sino para eliminar residuos, restos de sudor e incluso contaminación.

La rutina de doble limpieza facial, proveniente de rituales de belleza asiáticos, consiste en aplicar dos productos en lugar de uno para realizar una correcta limpieza del rostro. Para ello deberás aplicar, en primer lugar, un producto de limpieza de base acuosa u oleosa para eliminar maquillaje e impurezas, normalmente suele tratarse de aceites desmaquillantes, bálsamos o aguas micelares que no necesitan aclarado. El siguiente paso suele ser aplicar un producto jabonoso, tipo gel limpiador, que necesite aclararse con agua para así completar la rutina de doble limpieza.

Los beneficios de adquirir esta rutina de doble limpieza facial son innumerables, ya que de este modo realizamos una limpieza más profunda evitando que quede sobre nuestra piel cualquier tipo de residuo; maquillaje, sudor, etc.

Realizando esta rutina de limpieza mejoramos la textura de la piel de nuestro rostro, combatiendo el aspecto fatigado y la piel apagada, devolviendo luz y vitalidad al rostro. Además, con la cara completamente limpia conseguiremos que los productos que apliquemos a continuación se absorban más fácilmente. Otro dato importante es que de este modo prevenimos la acumulación de grasa y la aparición de espinillas provocadas por suciedad y residuos de maquillaje.